lunes, 25 de abril de 2011

Era la instrucción





Era la instrucción, lo recuerdo como si fuese ayer, parecía que todo iba de mal en peor para mí. Mi instructor al verme botado en el piso me dijo levántate hijo! No puedes estar con tu cuerpo en la tierra, eres un blanco fácil. Su voz fue como un aliento, el cual me ayudo a seguir avanzando y avanzando hasta llegar a la trinchera, desde ahí tuve en la mira a los muñecos puestos a la distancia para el entrenamiento de tiros, por esas extrañas razones mi arma no funciono y fue la segunda vez que escuche la voz de mi instructor gritándome: “soldado su arma debe siempre estar lista y su mente también para cualquier acontecimiento, ya que cualquier movimiento en falso te puede hacer terminar con una herida o peor aun con la muerte!” Fue ahí cuando saque mi granada y la tire hacia los objetivos, luego corrí por los charcos de lodo, mientras escuchaba a mi alrededor el ruido de las balas y las bombas que explotaban; al terminar el recorrido caí al piso muerto y fue la última vez que lo escuche: “Soldado Heredia bien hecho pero nunca deje de correr y nunca le dé la espalda al enemigo”, fue en ese momento cuando me llegó un escopetazo en la cabeza. Desperté en la enfermería del lugar con mi frente vendada, pero las palabras de ese instructor nunca más se borraron de la cabeza.

2 comentarios:

  1. el texto que escribiste me recuerda mucho a la escena de forest gump... el siguio corriendo ida y vuelta en busca de los suyos....

    me gusta tu texto :)

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  2. me refiero a esa escena donde Forest va a salvar a sus amigos en plena guerra :P

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